En enero de 2022, Microsoft anunció su intención de adquirir Activision Blizzard por 69.000 millones de dólares. A pesar de enfrentar oposición de Sony, ha logrado obtener la aprobación de varios organismos, excepto en el Reino Unido.
Recientemente, la Comisión Europea aprobó la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, luego de que este gigante estadounidense de los videojuegos pagara la suma acordada. Sin embargo, el veto británico ha planteado interrogantes sobre la viabilidad de la compra.
La Comisión Europea ha establecido ciertas condiciones para garantizar la competencia en el mercado de los juegos en línea, las cuales Microsoft deberá cumplir. Según el comunicado emitido por la Comisión, estos compromisos satisfacen plenamente las preocupaciones de competencia planteadas.
Microsoft, que ya posee la consola Xbox, se embarcó en la adquisición de Activision Blizzard hace más de un año. Activision Blizzard es reconocido por desarrollar juegos emblemáticos como «Call of Duty», «World of Warcraft» y «Candy Crush».
Si la operación se lleva a cabo, Microsoft se convertirá en la tercera compañía de videojuegos con mayor facturación, superada únicamente por Tencent y Sony, el fabricante japonés de la PlayStation.
Aunque la Comisión Europea ha dado luz verde a la adquisición, el futuro de esta sigue siendo incierto debido al veto de la Autoridad británica de Competencia y Mercados (CMA) el pasado 26 de abril. La CMA argumentó que la compra afectaría la competencia en el sector.
Sin embargo, Microsoft ha apelado esta decisión, afirmando que refleja una falta de comprensión del mercado y de la tecnología en la nube. La aprobación de Bruselas debería fortalecer la posición de Microsoft para impugnar la decisión de la CMA ante el Tribunal de Apelación de la Competencia (CAT) en el Reino Unido.
Anne Witt, experta en derecho de la competencia de EDHEC (Francia), explicó que si Microsoft no tiene éxito en su apelación ante el CAT, no podrá seguir adelante con la adquisición, incluso si cuenta con la aprobación de la Comisión Europea. No obstante, abandonar el mercado británico parece poco probable para Microsoft.