La segunda temporada de The Last of Us continúa ampliando su universo, y en su tercer episodio introdujo a uno de los cultos más importantes del videojuego: los Serafitas.
Durante el capítulo, mientras Ellie lidia con la pérdida de Joel y planea su viaje a Seattle junto a Tommy, la serie realiza un brusco cambio de escena. En las afueras de la ciudad, se muestra a una joven llamada Constance caminando con su padre, ambos con vestimentas militares y extrañas cicatrices en el rostro. Un breve diálogo confirma que pertenecen a los Serafitas, una facción religiosa surgida tras el apocalipsis.

En el videojuego, los Serafitas son un grupo fanático fundado por una profeta anónima que comenzó a tener visiones tras la caída de la civilización. Años después de su muerte, el culto se convirtió en una fuerza militarizada que lucha contra la WLF (Washington Liberation Front), la facción a la que pertenece Abby. En la serie, se revela que la profeta murió en 2019, lo que la convirtió en mártir para sus seguidores.

La aparición de los Serafitas marca un cambio importante en la narrativa, ya que su conflicto con la WLF es central en la historia del segundo videojuego. Sin embargo, su destino en la serie parece sombrío: mientras recorren un sendero, Ellie y Dina encuentran los cuerpos sin vida de Constance y su padre, dejando entrever un trágico final para el grupo.
Con esta incorporación, The Last of Us sigue explorando cómo distintas comunidades encuentran significado —y a veces fanatismo— en medio del colapso de la civilización.